El Ritmo de la Vida, la Velocidad de la caída, el calor asfixiante y este Silencio que nada puede penetrar. Esta es mi Cueva y desde aquí siento el Mar, toco la Luna en cada noche y el Sol me sonríe
cada despertar, la lluvia se lleva mis penas y el viento me trae frescas Fragancias.
El Ritmo de la Vida, la Velocidad de la caída, el calor asfixiante y este Silencio que nada puede penetrar, en mi Cueva me refugio pues el Amor del Mundo me Engaña y me Traiciona, valiente acobardado por los secuaces de ese Falso Amor, tanta hipocresía que veo con buenos ojos el Odio y el Rencor y la Bondad como Error.
El Ritmo de la vida, la Velocidad de la caída, el calor asfixiante y este Silencio que nada puede penetrar, desde mi Cueva con mi Daga voy cortando los hilos y separando los granos de arena donde se distingue la Verdad en la Mentira y lo Irreal en lo Real, en lo alto con una sonrisa viendo la vida y agarrado a la Verja desde mi cueva del desquicio.
Siempre buscando cobijo...Siempre en el Precipicio.
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