Empieza a ser rutina despertarme en mitad de la noche y sentir miedo. Sentir el corazón pidiendo salir, golpeando el pecho. Tener miedo del que mañana se nos vaya entre los dedos. Pasan los años y la presión aumenta, los sueños apenas se recuerdan. Alguna luz en el horizonte sigue marcando el camino, pero tiendo a soplar como si fueran velas para terminar a oscuras pidiendo deseos. Son mis pasos los que me hacen estar vivo. Despertar con ganas de luchar para acabar con todos lo incierto. Encontrar la paz en tus ojos, como en la Mar sueño...
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